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¿El tiempo cura las heridas del pasado?
No. El tiempo no cura las heridas, ni hace que las olvidemos.

Lo que cura es lo que hacemos con ese tiempo.
 Es fundamental conocer tu herida porque condicionará tu vida, tus relaciones de pareja, tu actitud como madre, tu estado de ánimo, tu variabilidad emocional…

Y, una mujer con heridas emocionales, se convierte en un verdugo, repite con los demás y con ella lo que le hicieron. 

Todos tenemos heridas emocionales.
A lo largo de la vida, estamos reproduciendo, una y otra vez, situaciones que nos recuerdan que tenemos que estar atentos y que tenemos una herida.

Es la necesidad inconsciente de repetir el patrón en la mayoría de los casos son heridas de vidas pasadas, deudas karmicas con nuestros progenitores.
Estos comportamientos satisfacen una necesidad de sentirnos seguros/AS.

La repetición de conductas está relacionada con la supervivencia que de alguna manera quedó grabada en nuestra    psique.

Hacemos las cosas que sabemos, como las aprendimos por instinto de sobre-vivencia.
Utilizamos, precisamente, los mecanismos de defensa que creamos cuando éramos niños y que nos permitieron afrontar, de la mejor forma posible, las experiencias tempranas que nos pudieran causar dolor.

Por tanto, cada uno de nosotros tiene una forma particular de gestionar las situaciones que nos presenta la vida. Sería simplista etiquetar y envolver una caja y pretender que todos hemos experimentado lo mismo.

           A QUIENES VA DIRIGIDO:

•  Este taller es para vos si te ves reflejada  en alguna de estas características
  Las hechiceras heridas :
• · Son mujeres que no se valoran ni se aprecian.
• · Parecen frías y duras porque no conectan con sus sentimientos.
•  Aparentan dureza de carácter, aunque en el fondo son muy sensibles.
• · Son muy perfeccionistas Y exigen lo mismo a los demás.
• Acaban siendo injustas con ellos mismas.
• · Detestan a la gente vaga y que se vence ante las dificultades.
• · Ven la vida como un deber interminable.
• Les cuesta divertirse y sentir que merecen ocio y descanso.
• · Esta exigencia y rigidez les produce tensión y contracturas.
•  · No se permiten equivocarse, ni ser libres, ni sentir plenamente.
• Se hacen a sí mismas lo que recibieron de sus padres.
•  No piden ayuda, Lo dejan como último recurso.
• No quieren estar en deuda.
•  · El estrés y el enfado son muy comunes en ellas.
• · Parecen frías porque han tenido mucho autocontrol emocional en sus vidas.
• Y esto les puede llevar a actitudes compulsivas con la comida, bebida, la sexualidad…